Hamarratz

ZUMAIA, 100m²

 HAMARRATZ, EL FUEGO VUELVE A ARDER

“Recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.” Eduardo Galeano

Y eso es exactamente lo que ha hecho Anne al volver a abrir las puertas de Hamarratz: recordar. Volver a pasar por el corazón todas aquellas cocinas donde las mujeres se anudaban el delantal con orgullo. Donde la madera crepitaba, el fuego hablaba bajito y la comida se hacía con paciencia, con alma, con manos que sabían y con tiempo que no se miraba en relojes.

 Oculto junto al templo de San Miguel de Artadi, en Zumaia, Hamarratz no es solo un restaurante: es un santuario. Como escribió David de Jorge: una cueva de Alí Babá judeo-nórdico-cristiana, donde al abrir un portón desvencijado, el cuero cabelludo se eriza y el alma se abre: aparece un espacio blanco, luminoso, renovado, soñado. Desde la arquitectura hasta la última cucharilla, todo ha sido pensado para contar una historia que se cocina a fuego lento. Las vigas cepilladas no solo sostienen el techo, sostienen la memoria. Y en cada rincón hay un susurro de lo que fue, de lo que vuelve a ser.

Como diseñadoras y decoradoras, hemos tenido el privilegio de traducir este viaje emocional y culinario en formas, texturas y luz. Hamarratz no busca ser moderno. Busca ser verdadero. Y eso, en estos tiempos, es un acto revolucionario. 

Ven.
Vuelve a pasar por el corazón.
Vuelve a sentir.
Vuelve a encender el fuego.